Tenemos la gran suerte Ana y yo de tener el mismo pueblo. Eso significa no peleas en Navidad, ni Semana Santa, ni verano, ni puentes, ni fiestas varias por ver a qué pueblo vamos. Eso sí, alojarnos, lo que se dice alojarnos, si está su madre, lo hacemos en su casa 🙂
Es normal, yo tengo la suerte de tener a mis padres todos los días, ella no. Y seamos francos (quiero decir, sinceros), estando en su casa tengo yo más libertad de hacer alguna escapada para hacer deporte, por supuesto (incluido el deporte en barra fija… de bar)
Aquí están en su casa con los peques, su tía y su madre… Una foto muy alegre 🙂