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El Pisto

Así, con mayúscula. El Pisto. Manchego, por supuesto. Que conste que he dejado hablar a gente que llama pisto manchego a cualquier revoltijo de verduras. Que si calabacín, que si patata, que si berenjena… Hombre por Dios, el pisto manchego lleva pimiento, tomate y, depende del gusto, carne (generalmente magro de cerdo). Aceite de oliva, sal y azúcar al gusto. Y punto pelota. Lo demás, son otras cosas, otras ligas, menores, por supuesto. Y que conste que el de mi madre es el más rico del mundo. Pero sin exagerar, es algo que está contrastadísimo.

El primer domingo de septiembre, desde hace ya algunos años, se celebra en mi pueblo el día del pimiento. Para ello, hay un mercado medieval todo el fin de semana, que culmina el domingo con un gran pisto, de unas 8.000 o 9.000 raciones. Tenemos el récord guinness de mayor pisto del mundo. Pisto no manchego, porque hubo que añadir alguna que otra verdura ese año… Para mí un sacrilegio, pero todo sea por el bien del turismo en el pueblo 🙂

Es un día especial, se pasa fenomenal. De hecho, muchos pedimos el lunes de vacaciones, para poder disfrutar de este día como es debido. Luego por la noche, música manchega e directo, y una visita a la iglesia, que aunque uno ya no crea en estas cosas, siempre muestra un respeto por las tradiciones (aquellas en las que no se maltrata a ningún ser vivo, por supuesto).

He dudado mucho qué foto poner, y quizá no haya elegido la mejor. Pero quería mostrar la sartén cocinando el pisto, sin desvelar sus verdaderas proporciones… para que os animéis, y veáis el post del blog, que ahí si que está en todo su explendor 🙂