La Cornisa Violeta

Hoy tocaba limpiar un poco el espíritu. Todavía me cuesta trabajo creer en esto del Reiki, un hombre de ciencia como yo… 🙂 Con estos temas, hay que tener cuidado: mucho pirata y mucho listo… Tan estúpido es pensar que poniéndote las manos encima te curas un cáncer, sin nada más, como ignorar la energía que mueve el mundo. ¿Y si es cierto eso de la física cuántica, de que un observador influye en el comportamiento de la materia? ¿Es por eso por lo que jugar un partido en casa, con tu público, condiciona? 🙂 Está científicamente demostrado que una actitud victimista y negativa ante una enfermedad aumenta tu nivel de cortisol, lo que dificulta la recuperación. Por el contrario, una actitud positiva hace que las visitas al hospital, en un periodo de recuperación, disminuyan.

Creo que las terapias complementarias, que no alternativas, ayudan. El yoga, la meditación, la relajación, el reiki, pueden ayudarte a sentirte mejor. Como lo puede hacer ponerte hasta arriba de ácido, o emborracharte como si no hubiera mañana, o rezar de rodillas durante horas. Cada uno elige su opción de fe. Ojo que algunas son compatibles, dependiendo del momento 🙂

Creo en lo que siento. Y eso es real. El reiki hace que me sienta bien. Y conozco a mucha gente que se sienten bien practicándolo. Para mí es un paréntesis en este ritmo frenético de vida infernal que llevamos. Es un momento de reflexión, de meditación, una mirada a mi yo interior que debería hacer más a menudo. Por desgracia, el día a día, el trabajo, los pequeños, dar una vueltecita, los baños, los pañales, las cenas, recoge la casa, y un largo e interminable etcétera, hacen que apenas lo practique. Pero algún día volveré 🙂 Gracias Rosalía, por tu tiempo y tus enseñanzas. Y gracias a toda la gente que he podido conocer. Grandes personas con grandes sentimientos. Si tienes curiosidad en saber algo más, no dejes de visilar La Cornisa Violeta