Hoy he quedado a comer con el gran Lino Prahov, una persona que tiene todo mi respeto y admiración… Pero como estábamos más gente, y todavía me da un poco de vergüenza sacar la cámara en según que situaciones, no he podido hacer la foto del día con él.
Había que improvisar, y me apetecía que fuera una foto por la zona… No hacía falta más que levantar la vista y ver un edificio entrañable, que me recuerda más al Torremolinos de los 70 que al Madrid del siglo XXI. Por eso el toque setentero de la imagen, como no podía ser de otra manera…
