Tenía yo muchas ganas de poder poner esta foto. Hoy toca hablar de Aleja y de David. Del Tigre…
Lo primero que quiero hacer es dar las gracias a Aleja. Porque Aleja le ha dado a David todo lo que siempre ha deseado: su propia familia. Es una suerte ver como alguien a quién quieres está resguardado por una persona encantadora.
Y qué puedo yo decir de David… Es de esas personas que marcan tu vida. Que están ahí desde siempre. Y además son familia. Siempre hemos dicho que de primos hermanos, tenemos más de hermanos que de primos…
Podría llenar páginas y páginas con nuestras vivencias. Pero no tendría suficiente tiempo… Aunque si que quiero recordar la última vez que estuvimos él y yo solos… Fue después de jugar un pádel, nos tomamos una cerveza en plan tranquilo… Y de broma, recuerdo que comenté: «la siguiente imagen tu y yo a las 5:00 con unos cubatas…» Soy un visionario 🙂
Como cuando éramos jóvenes, la cosa se lió. Sin llaves y con dinero justo, nos dimos un homenaje como los de hacía tiempo. Hablamos de nuestra vida, ensalzamos a nuestras mujeres, nos emocionamos con nuestros chiquillos, recordamos nuestro pasado, reímos con los millones de peripecias vividas, lloramos por los que ya no están, y brindamos…
Acabamos en un coche hablando, como cuando nos íbamos a casa de jóvenes y me dejaba en la puerta, como si fuésemos novios 🙂 Ahora hemos cumplido los sueños de antaño. Pero seguimos siendo jóvenes soñadores… 🙂
Como resumen, después de la foto os dejo el texto que iba a leer en su boda. El cura no me dejó, como no mencionaba a Dios por ningún lado… Me reservo mi opinión 🙂 Al menos se lo leí al final de la noche, algo borrachos y con unos pocos testigos… Dios, como nos abrazamos 🙂
David: Está en tu vida…
Soy un hombre con suerte.
Tengo unos padres maravillosos, que me han dado mucho más que la vida.
Tengo unos hermanos magníficos, con los que me queda mucho que compartir.
Tengo una familia unida, que admiro y respeto y amigos que pudieran estar incluidos en ella.
Y Tengo también un ángel, que un día bajó del cielo sevillano para quedarse a mi lado para siempre.
Pero además, tengo a David.
¿Os acordáis de aquel anuncio de tve? ¿El de aquella canción de “Gracias a la vida, que me ha dado tanto…”? Terminaba con una frase: “TVE, está en tu vida”. Siempre que recuerdo ese anuncio, no puedo evitar pensar en David. Porque él es así para mí. Está en mi vida.
Desde siempre, desde que nací, ha estado a mi lado. En momentos buenos y en otros no tanto, diciéndome las cosas como solo alguien que te quiere te las puede decir…
Estuvo en mi lado en mi primera verbena de Infantes.
Estuvo ayudándome a convencer a aquella chica, para conseguir ese mi primer beso de adolescente.
Estuvo en aquella Puerta, haciéndome la fa foto más bonita que jamás imaginé, junto a mi ángel, en aquel viaje a Sevilla de ensueño…
Son tantos y tantos momentos juntos, tantos recuerdos…
¿Qué puedo decir? Gracias, David. Gracias por estar ahí. Gracias por ser como eres. Gracias por todo, mi primo, mi sangre…
Y gracias a ti, Alejandra. Gracias a ti por ser para David ese ángel que ha venido, desde tan lejos, para quedarse a su lado. Para darle vida y para llenarlo de alegría.
Gracias por aparecer poco a poco, sin hacer ruido, de manera discreta y elegante. Gracias por entrar en su vida, por entrar en nuestras vidas y ganarte un trocito de nuestros corazones.
Os veo y me siento orgulloso de ser vuestro amigo, de estar aquí presente y de ser partícipe de algo tan importante como vuestra boda.
No cambies nunca, por favor. Sed siempre como hasta ahora, seguid estando en nuestras vidas, porque aún nos quedan muchos momentos juntos, para forjar recuerdos futuros que contar a nuestros nietos.
Se que seréis muy felices, así que solo me queda desearos que todos vuestros sueños se vuelvan realidades… Os quiero.