Pues que ya se han acabado las Navidades. Adiós vacaciones, adiós fiestas, adiós roscones…
Otros años tardamos más en quitar el árbol, pero no tiene sentido alargar la agonía 🙂 Tocaba hoy, y así ha sido. Con el día de perros que hacía hoy, no era como para pasear por la calle 🙂 Las bolas y los espumillones ya duermen en sus cajas, y lo harán durante once meses y pico, para volver a brillar un año más, para anunciar a los más pequeños de la casa que se avecina de nuevo la Navidad…