Iba a hacer a Mateo una foto con toda la cara llena de papilla, pero no conseguía el efecto que quería. Solo parecía un niño con la cara llena de papilla 🙂
Así que se quedó en un retrato normal, con esos pelos de loco que tiene ahora… Como dirían en mi pueblo, «está hecho un peluzón». Es un auténtico crack este Mateo, con esa cara entre pillo y dulce… Realmente, es que es así. Para enamorarse… 🙂