Una de las mejores luces que puede haber para la fotografía es en el ocaso del día. Y este se suele producir llegando a casa.
Esta vez tenía unas cuanta nubes con un árbol para hacer contraste. Y eso hice, intentar plasmar una vista bonita de un paisaje corriente. No se si lo habrá conseguido, pero el simple hecho de disfrutar del momento, y de sacar la cámara para intentar inmortalizarlo, ya me compensa.