Hablábamos el otro día de fotos importantes, de momentos que cambian tu vida… Hay puntos de inflexión, momentos imborrables, sensaciones intensas… Y luego está el nacimiento de tu primer hijo 🙂 Sin comentarios. Los que tengáis descendencia sabéis de que os hablo. Fue un Jueves Santo de hace 5 años. Ana se levantó, con una sensación mojada… Corriendo al hospital, monitores, que había roto la bolsa… Ingresamos sobre la una de la tarde, y el señor no quiso salir hasta las doce menos diez 🙂 Eso si que es pasar una «madrugá» intensa…
Una vez en casa, ya viene todo lo demás… ¿Dónde está el manual de instrucciones? ¿Comerá poco? ¿Dormirá poco? ¿Esa tos es normal? Como llegue a treinta y ocho y medio de fiebre lo llevamos a urgencias… Cosas de padres primerizos 🙂
Realmente, ese es el verdadero cambio en tu vida. Pasas de preocuparte básicamente por tí, y también los tuyos, a preocuparte por tu hijo como prioridad absoluta. Ya todo lo haces pensando en él, ya todos tus movimientos van enfocados al bienestar de una persona, ya te sientes responsable de algo de verdad… Es algo increíble.
Y luego está él como persona. Al principio es alguien extraño que te va desplazando en todos los ámbitos de tu vida. Pero ves como cada día que pasa lo quieres más y más… Y cuanto más lo conoces, más lo quieres, cuanto más compartes, más te gusta estar con él… Afortunadamente, tenemos un primogénito que es un primor. Noble y bueno, solo deja el mal genio para casa 🙂 Ahora solo falta que siga creciendo igual, con los mismos buenos sentimientos… Porque como ya dije, nuestra misión importante es enseñarles a ser buenas personas. Nobles y humildes, aunque tengan carácter. Porque siendo buenas personas, estoy seguro que conseguirán grandes cosas en la vida… Hasta entonces, apoyarles, enseñarles, y darles mucho, mucho, mucho cariño. Fundamental para lograr el éxito 🙂
Felicidades Nicolás, no solo por tus 5 años. Por todo lo gran persona que eres, a tan corta edad… Y gracias por haber venido a nuestras vidas, a llenarlas de alegría para siempre…