Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Como en casa

¿Algún día os habéis enamorado a primera vista? ¿Algún día habéis sentido amor nada más ver a la otra persona? Pues con Juanan y Charlie me pasó justamente lo contrario. La primera vez que nos vimos, pensé que nos partíamos la cara con solo cruzar una frase: ¿Qué haces hablando con mi novia, payaso?

Mi cara debió ser un poema según iba comprobando como esas palabras iban saliendo de la boca de aquel tipo con una cerveza en la mano… Era la fiesta de de unión entre IconMedialab y Nexus IT. Se supone que a partir de ahora todos éramos compañeros. La presentación en el Florida Park, la cual tuve el honor de ser uno de los maestros de ceremonias, había sido un éxito rotundo. Y para que negarlo, yo había estado sublime… ¿Y este tipo me dice que por qué hablo con su novia, si estaba hablando con todo el mundo aquella noche, seguro que debido al éxito de la presentación? Cuando la chica soltó una carcajada tremenda supe que aquel tipo intentaba reírse en mi cara sin ningún tipo de pudor… Pero que pedazo de cab…

Juanan y Charlie, Charlie y Juanan, sin duda los dos tipos de la otra empresa con los que más migas hice. Gente con la que parece que no te une nada, de repente empiezas a comprobar que hay más puntos e intereses en común de lo que parecía… Juanan, con humor de fino estilista, esconde un tipo inteligente y coherente a partes iguales. Consecuente con sus palabras y sus decisiones, aunque a veces juega a ser fanfarrón no puede ocultar que es una gran persona. Charlie, el típico prototipo de caballero templario, de gesto serio pero noble hasta las últimas consecuencias. Una de esas personas que sabes que no fallarán nunca, a pesar de asustarte con su mirada, le he visto llorar de risa, y en más de una ocasión.

Nos lo pasamos realmente bien cuando quedamos. A pesar de que a veces acabamos que no conocemos a nadie, esta vez solo departimos el plato más americano del mundo en el Hard Rock Café, regadas luego con unos jugos de cebada en el Jazz Bar. Charlas, opiniones y confidencias, pero volviendo temprano y serenos. A pesar de que nos hacemos viejos, no puedo evitar la misma sensación cuando quedo con ellos. Es como estar en casa. Como volver al hogar. No somos amigos de la infancia, no quedamos muy a menudo, pero esa sensación de bienestar cuando lo hacemos, se que no se borrará nunca… Os quiero mucho, carcamales…