El otro día Nicolás descubrió esta taza que teníamos guardada. La verdad es que ni lo recordaba. Me comentó que si estaba guardada, no podía utilizarse, y entonces para qué la queríamos…
Creo que deberíamos aprender de la lógica de los peques, es aplastante. Desde entonces, tenemos meriendas divertidas, desayunos divertidos y picoteos divertidos 🙂