El protagonista de «La vuelta al mundo de Willy Fog» decía en su canción que «son, ochenta días son, ochenta nada más…» Y esos son los días que han estado mis hijos sin ver de cerca a sus abuelos, que han estado mis padres sin ver de cerca a sus nietos… Ochenta días en los que la humanidad ha cambiado más que en ochenta meses, me atrevería a decir que más que en ochenta años…
Ha sido raro. Era como cuando les dejo la compra en la puerta, y hablamos desde la distancia. Con mascarillas. Sin abrazos, sin besos, sin tocarnos, los adultos… No lo vuelvo a hacer más.
Hay que ser prudente, hay que tener respeto, pero no hay que tener miedo. Si hace falta guardar las distancias un tiempo más, se guardarán. Pero la próxima vez que vea a mis padres pienso darles un abrazo y unos besos de esos que nunca se olvidan… Espero que hay una cámara cerca que lo inmortalice 🙂