Me encanta que Nicolás tenga la capacidad de disfrutar de las cosas sencillas. De saber apreciar esos detalles que realmente importan.
Fue él quién me descubrió esta imagen. Fue él quién me advirtió de su presencia. Fue él quien me hizo mirar hacia arriba para ver disposición singular de las ramas, como tapaban el sol, y como brillaban las hojas…
A vedes dejamos de mirar lo esencial. Pero siempre podemos encontrar un árbol de la vida que nos recuerde lo realmente importante.