Una de las grandes ausencias de este verano está siendo la falta de agua. De agua para bañarse, para jugar, para disfrutar… Otros años ya habríamos ido a bañarnos a uno u otro sitio, a disfrutar del agua y del sol.
Para la piel de Nicolás nos han comentando que el sol es muy beneficioso. Tomado con precaución, por supuesto. Así que hemos ido dos familias numerosas a la piscina de Valdemoro, una de las pocas abiertas que debe haber en Madrid. La verdad es que no estaba nada masificada, poca gente en el agua, y bastante distancia entre todos. Así si se puede, digo yo.
He intentado sacar a los pequeños disfrutando, pero no hay ninguna imagen que me llene del todo. Así que reflejemos la tranquilidad. Otras veces nos es posible hacer una foto así a una piscina…