El mar. Quizá no sea un fanático del acuoso elemento, pero se puede decir que siento una gran fascinación ante su presencia. El bailar de las olas al rito de las mareas, el sonido adormecedor cuando estas mueren en la orilla, ese olor que te anuncia su cercanía…
Por desgracias hoy me despido de ti, de estos días de descanso y desconexión, aunque las mascarillas nos den bofetadas de realidad, aquí todo ha sido más tranquilo.
Solo puedo decirte que no se cuando volveré a verte, pero sí se de que mi despedida tiene forma de deseo: hasta pronto…
