Siempre que revelas una foto, algún ajuste se hace, más si cabe si es una foto RAW. El contraste, el color, un pequeño filtro… Pequeñas mejoras que el mundo digital te permite.
En este caso, el móvil me ha regalado justamente los colores que estaba viendo, con lo que me ha parecido indecente tocar nada. Es un atardecer sin retoques, tal cual lo estaba viendo yo… Que lo disfrutéis.
Por cierto, me quedo con el lugar y amenazo con buscar más de ese tipo 🙂