Este día hacía todo lo posible por trabajar en casa y poder ver a los pequeños disfrutando del carnaval. Aún recuerdo el sol que hizo el año pasado, donde mi frondosa calva enrojeció mientras veíamos a los pequeños desfilar por el patio.
Este año, han sido en el colegio unos carnavales descafeinados. Sin desfile, sin temática común, sin celebraciones… Al menos han podido ir disfrazados a clase, pero la alegría de otros años no estaba presente este… Otra más que nos que nos deben…