No llegamos a subir a la Estatua de la Libertad, ni siquiera a parar por la isla en la que se encuentra. Pero sí pasamos cerca en un ferry, lo suficiente como para poder inmortalizarla.
Y aunque ya aparece de lejos en este blog, no podíamos dejar de darle el protagonismo que se merece, a uno de los iconos más reconocibles a nivel mundial: la Estatua de la Libertad.