Si la noche del Jueves Santo era espectacular, qué decir del Viernes Santo por la mañana en Infantes… No tengo palabras.
Hubo una época en la que me vestía de nazareno y me iba sin dormir, oliendo a alcohol, y salía en la procesión del viernes por la mañana. Luego me daba una ducha rápida, y a cumplir en los bares.
Otras veces, me levantaba y me iba a hacer fotos, como cuando tomé esta un dos de abril, hace justamente hoy once años. Me encanta esta foto por los recuerdos que me trae, y porque precede a la gran fiesta. El gran viernes santo en los que disfrutábamos de cajas de botellines y tapas de cuaresma, en las que comíamos en baso y lo dábamos todo… Volveremos 🙂