¿Habéis tenido algún día gris, de esos que no te apetece levantarte de la cama? ¿De esos que sabes que no van a salir bien? Pues este ha sido uno de ellos. Médico, trabajo en casa, pero un día gris, de los más grises que recuerdo últimamente.
Triste, deprimido, y con un dolor de cabeza que ha hecho que me tirara en la cama por la tarde, sin poder hacer nada. Lo único, coger la cámara y fotografiar el edredón deshecho, donde la claridad de la ventana dibujaba una suerte de luces y sombras, quizás simulando las mismas que atormentaban hoy mi cabeza.
Afortunadamente, los días grises pasan. Y saber que al día siguiente es festivo, ayuda un poco…