Hay que reiniciarse de vez en cuando. Vaciar la mochila que llevas a cuestas de preocupaciones innecesarias, y llenarla solamente con nuevas esperanzas.
A veces hay que buscar un banco vacío, para sentarse a descansar y reflexionar sobre el camino andado, y el que queda por recorrer. Tranquilidad, paciencia y trabajo, y todo llegará…