Un día como hoy, hace siete años, me llevé una de las noticias más tristes de mi vida: el 13 de abril de 2014, moría por la mañana mi gran amigo Javi. Por desgracia aquel año trajo noticias parecidas…
Es curioso ver como la vida va cambiando, y tu con ella. Muchas veces me pregunto como sería mi relación hoy con Javi, yo con tres chiquillos, él seguramente sin ninguno, y en medio de esta puta pandemia. Supongo que sería distinta. Supongo que nos distanciarían muchas cosas, pero también seguiríamos compartiendo lo esencial. Eso nunca podría romperse.
Hoy, después de siete años de vivencias, de penas y alegrías, de decepciones y de ilusiones, hoy creo que entiendo más a Javi de lo que le llegué a entender nunca. Llevamos más de un año medio encerrados, viendo amigos con cuentagotas, y con una falta de libertad y alegría que no son normales. Eso me hace echar de menos de manera obscena el poder hacerle un homenaje como es debido. De esos que te traen buenos recuerdos y te curan el alma…
Mi Patillas, te extraño mucho. Como a un montón de amigos. Como a un montón de cosas sencillas, que no se pueden hacer ahora, y que no me hacía falta ningún virus de mierda para saber que eran importantes. Esta noche levantaré mi castellana sin hielo, y brindaré de nuevo por ti…
PD: La fotos son de Valencia, de diciembre de 2011. En una se ve ese detalle de seriedad que tenía cuando se concentraba en algo que le gustaba, como era la guitarra. En otra, ese puntito de alegría que tanto se echa de menos…