Algo así como la obra faraónica que está viviendo el estadio Santiago Bernabéu, es como veo mi presente: en construcción. Una obra mastodóntica a la que debo hacer frente con incertidumbre y prudencia, pero con decisión y coraje.
La estabilidad de antaño se tornó en evolución e incertidumbre. Poco a poco, nos vamos aclimatando a la nueva situación. Pero seguimos en construcción, dando vueltas a una reforma que tarde o temprano verá la luz, de manera más o menos definitiva. Mientras tanto, que no paren los trabajos, que no paren los proyectos, que no paren las ilusiones… Y que nunca olvidemos aquella maravillosa canción de los Celtas Cortos…