No llueve mucho últimamente, así que cualquier cirro, cúmulo o estrato de nube gris merece la pena ser inmortalizado. Sobre todo cuando por un lado el cielo es gris y por el otro brillan los últimos rayos de la tarde.
Todo eso, mezclado con los árboles secos sin hojas y el naranja brillante de los edificios de Zarzaquemada, mi barrio, hacen que consigas imágenes, cuando menos curiosas…