Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, hemos llegado a contar un lustro por lo menos. Ahora trabajamos relativamente cerca, cosa que no podíamos pasar por alto. Hoy ha sido el día en el que he quedado a comer con Marilú, una antigua compañera de MAPFRE.
En poco más de una hora no ha dado para todo lo que queríamos hablar, pero lo importante ha sido cubierto: ponernos al día hablar de nuestros cachorros y comentar un poco el presente. No tenemos otra que quedar otro vez para recordar batallas del pasado, y exaltar los grandes recuerdos.
Me quedo con las sensaciones, con la reminiscencia de una etapa, un tiempo maravillosa, cuando fuimos compañeros. Éramos jóvenes, con todo el camino por recorrer. Gracias a las redes sociales por hacer que el contacto no se pierda, pero me quedo con una buena conversación cara a cara, mil veces más gratificante…